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Que estar preparados para servir en las bibliotecas sea nuestra mejor cualidad

Actualizado: 10 jul 2023

Licenciado en Educación


La vocación de servir es en definitiva la mayor exaltación del ser humano. En algunas culturas orientales es considerada un privilegio, al punto que quien tiene la oportunidad de servir a su próximo, agradece el poder hacerlo. Y es propiamente este atributo el que acompaña el quehacer de un bibliotecario.


Nuestra labor se soporta en el servicio al usuario. Es el principal objetivo. Contar con excelentes recursos bibliográficos y un espacio físico armonioso, contribuyen a la causa, pero es el recurso humano, el mayor activo que se tiene en una biblioteca, para darle sentido a la misión de estos recintos ancestrales.


Si pensamos en las famosas bibliotecas de la antigüedad, encontraremos una persona o un grupo de personas, que además de eruditas, realizaba un servicio que buscara facilitar el acceso al conocimiento a los que allí acudían. Es el caso Zenódoto de Éfeso, quien fue el primer bibliotecario en la Biblioteca de Alejandría. Zenódoto se esmeró en crear un método de organización que permitiera hallar adecuadamente la información, algo novedoso para el siglo lll a.c.

Vocación de servicio en bibliotecas

Al mismo tiempo en la Biblioteca de Pérgamo (cuidad donde se crearía más adelante el papel pergamino, debido a una necesidad de conservación de los textos en su biblioteca) los bibliotecarios se esmeraron por no quedarse atrás de sus pares en Alejandría. Contaban con grandes salas de lectura donde instruían a sus visitantes, lo que los convirtió en conocedores de más importantes ramas del saber en ese entonces, como lo eran la Filosofía, la Geometría y la Astronomía. Todo estos con un único propósito, el servir.

Aquí viene entonces, la segunda reflexión: Si queremos cumplir con el propósito de servir, debemos hacerlo consciente y plenamente, lo que se convierte en un permanente desafío: debemos estar capacitados para ofrecer un excelente servicio, y si volvemos a los ejemplos anteriores, encontramos que estos bibliotecarios tenían un amplio conocimiento, y no propiamente en un saber especifico; lograban acaparar todas las disciplinas existentes para la época.

Hoy en día, ante el desenfrenado desarrollo de la ciencia, existen muchísimas disciplinas y se hace imposible abarcar un pleno conocimiento de todas. Esto no nos despoja de responsabilidades. A lo que si estamos llamados, es a identificar cuáles son las necesidades de los usuarios, y cuáles los recursos con que contamos para acercarlos a ellos, tarea que no es difícil de lograr si conocemos profundamente todas las herramientas que disponemos, resaltando que las principales son nuestro conocimiento y nuestra disposición de servir.

Nuestro oficio, que para algunos puede parecer estancado en el tiempo, nos exige el continúo reto de estar a la vanguardia en cuanto a las novedades tecnológicas e informáticas que se desarrollan, y capacitados en su uso para trasmitir este conocimiento. Debemos tener un mínimo de conocimiento en aquellas áreas en las que se especializa nuestra biblioteca, apropiarnos de aquellos detalles que pueden marcar la diferencia frente a la resolución de una consulta.

En nuestro quehacer diario, es seguro que en algún momento nos hemos visto enfrentados a situaciones que nos toman fuera de lugar, a preguntas de usuarios más inquietos y más aventajados, sobre temas o recursos que ellos han explorado y conocido a través de otros medios, que nosotros, quizás, aún no sabemos. Estar preparados para estos Momentos de Verdad, Es lo que marca la diferencia entre un buen servicio de referencia y un vergonzoso “lo siento, no conozco ese tema”


“Sólo quien tiene conocimiento, lo puede compartir”. Sin el ánimo acaparar reconocimiento, el bibliotecario debe asumir también el rol de formador. Debe estar preparado para afrontar estos desafíos que aparecen a diario y sin aviso previo. Históricamente, las bibliotecas tienen el título de espacios para el saber, y no es únicamente por los textos o los recursos con los que se disponen para este objetivo. Es principalmente, por los sujetos que están allí dispuestos a servir y hacer que el conocimiento llegue a los usuarios.

 

Líder invitado: Carlos Elías Toro García. (Colombia) Licenciado en Educación y Lengua Castellana de la Universidad de Antioquia.

Me he desempeñado como bibliotecario por más de 11 años apoyando el área de formación de usuarios.

Escritor aficionado de cuentos e historietas. La llama roja


Redes y contacto: instagram: @carlos.e.toro

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