Por: Manuela Herrera
Estudiante de Medicina
Los libros aunque no crucen calles, deben regresar a sus estanterías para que alguien más pueda encontrarlos y disfrutarlos, lo cual podría ser una de las funciones que se deleguen a un estudiante que apoye con servicio social.
Actualmente soy estudiante de décimo semestre de medicina, para mi la biblioteca universitaria se configura más allá del espacio físico que ocupa, se convierte en un ecosistema que permite que las interacciones con su comunidad se generen en momentos y maneras diversas.
No solo es un lugar en el que se guardan libros ni existe solo en función del almacenamiento y preservación de los mismos, más bien los libros son solo una de las formas en la que la biblioteca sirve a la sociedad; por ejemplo se encarga de preservar el conocimiento científico producido dentro de la comunidad universitaria y además hacerlo accesible para que cualquier persona pueda consultarlo, permite la consulta de información no solo física sino de manera digital a través de repositorios y bases de datos, ofrece un lugar de estudio para quienes buscan el silencio y tranquilidad, un lugar de conectividad, acceso a la red e interacción cibernética y en general procura por el bienestar de sus usuarios.
De cierta forma la biblioteca se convierte en el centro latente del alma mater, recoge lo que se gesta in situ de la universidad y ayuda a expandir los alcances de su comunidad. Pero al mismo tiempo que proyecta también se mantiene firme en su raíz, ofrece refugio en su seno cálido, confiable y tranquilo; tiene en cuenta que la universidad es un lugar para nutrirse intelectualmente pero también para crecer armónicamente como individuo. Una labor tan importante requiere de mucho talento humano y es allí donde se presenta la oportunidad de realizar servicio social dentro de la misma.
Es en este nicho especial donde se desenvuelve esta labor las funciones de las personas que prestamos servicio social son siempre diversas y enriquecedores, no solo para la comunidad universitaria, sino también para quién las realiza.
Aquí aprendemos que la biblioteca impacta profundamente la sociedad, más allá de los estudiantes muchas personas se nutren de los espacios que brinda, no es raro encontrar a un adulto mayor leyendo un libro tranquilamente con una sonrisa en sus labios porque le trajo alguna memoria o un niño en el piso de una estantería devorando con avidez las páginas de un cuento que disfruta porque le permite hacer volar su imaginación. Ubicar nuevamente esos libros en su estantería se convierte en un viaje imaginario dentro de la biblioteca, el recorrido entre peldaños permite encontrarse con autores, historias y lugares fascinantes.
Sin embargo es solo una pequeña parte de las labores que podemos realizar en la biblioteca, muchas veces las funciones implican procesos creativos para el apoyo de ideas tan románticas como “una cita a ciegas con un libro”, para hacer realidad iniciativas generosas como la donación de libros, para idear una forma en la que una estantería resulte más atractiva, incluso para disponer libros en cualquier lugar que se aparezcan en el camino de un lector desprevenido y finalmente terminen seduciéndolo; otras veces se requiere del apoyo de tareas que tienen que ver con la interacción tecnológica y la digitalización del conocimiento, y así sucesivamente con muchas labores cuyo objetivo es apoyar actividades de impacto comunitario.
Tal vez la cosa más bonita de realizar servicio social en una biblioteca es adentrarse en el grupo de personas que hacen posible que ese maravilloso lugar exista, jamás es una labor aburrida, allí se generan experiencias vitales muy enriquecedoras, se alimenta la vocación de servicio, se disfruta tanto que al final el olor a libros también te recuerda la palabra “hogar”.
La labor social parte de la idea de retribuir a una sociedad lo que esta hace para ayudarte en tu formación y no puede ser solo un compromiso, sino que debe nacer también de la autonomía para que se genere un valor agregado: el engrandecimiento de la comunidad, por eso mi consejo es que si te gustó lo que leíste en esta entrada y te encuentras en la posición de decidir realizar tu labor social en una biblioteca ¡hazlo! Y déjate envolver por el mágico encanto que la rodea.
Líder invitada. Manuela Herrera Arango. (Medellin) Estudiante décimo semestre de Medicina en la Universidad CES.
Apasionada por el servicio y la salud, mi frase favorita "nada de lo humano me es ajeno", quiero lograr un impacto real en la sociedad a través de la búsqueda del bienestar común. Amante de la literatura y la escritura en mis tiempos libres.
Contacto: manuherrera.mh@gmail.com
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