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¿Qué puede hacer con tus datos y cuánto puede llegar a saber sobre ti una biblioteca?

Actualizado: 9 oct 2023

Bibliotecólogo colombiano


Quizás usted no lo haya pensado antes, pero las bibliotecas también tienen acceso y conocen muchos de nuestros datos personales sin importar que tan asiduos seamos de estos servicios o que tan constantemente visitemos sus espacios. ¿Alguna vez se ha interesado por cuánto puede saber sobre usted una biblioteca?. La respuesta podría llegar a sorprenderlo. A todos debería interesarnos el rumbo de nuestros datos en las transacciones y servicios que usamos, indistintamente si es una compra por una plataforma virtual, la solicitud de una cita medica de forma electrónica o la suscripción a un blog como "Bibliotecoach".


En cualquiera de los casos es importante preguntarse:

¿Por qué si las bibliotecas tienen acceso a la información sobre el día y la hora en que realizamos una consulta en las bases de datos, el país desde donde se realizó, nuestro número telefónico y hasta nuestro número de identificación, no las vemos envueltas en escándalos sobre malos manejos de estos datos personales, ni despiertan sospechas o resquemores?

Algunos años atrás escuchamos que la internet iba a reemplazar algunas profesiones, como el periodismo o la bibliotecología, por mencionar sólo estas. Se llegó a decir que desde entonces cada persona iba a poder contar lo que pasaba en su entorno a manera de noticia con “total libertad". Y en el mundo de las bibliotecas no iba a ser diferente en cuanto a que "todas las personas" tendrían acceso a la información sobre cualquier cosa que quisieran o necesitaran saber, desde la comodidad de su hogar, siete días a la semana, las 24 horas del día. Parece que no se tuvo en cuenta, el compromiso ético de esa nueva alternativa que venía a revolucionar las formas tradicionales de formarse e informarse. Se pronosticó con acierto la proliferación de noticias y espacios informativos, pero parece ser que no intuimos la importancia por el compromiso hacia la veracidad de la información, tanto de los que producen las noticias, como de las plataformas que hacen posible su acceso.


¿Qué puede hacer con tus datos una biblioteca?


Y es que hablando de bibliotecas este tema puede resultar un poco más nebuloso, puesto que no muchas personas somos conscientes del buen hacer de los bibliotecólogos y profesionales de la informacion, no sólo en el manejo de los datos personales de los usuarios, sino en todas las actividades que desarrollan al interior de las unidades de información.


Así que, si usted va caminando por una biblioteca y se sorprende por los nuevos y bonitos espacios diseñados ergonómicamente y con acceso a la red; o encuentra en el estante de libros nuevos aquel libro que tenía ganas de leer hace tiempo, o tal vez se entere del nuevo servicio o programa diseñado justo a su necesidad, no crea que dichos cambios son fortuitos o se dieron por azares del destino; detrás de todo eso están los bibliotecarios quienes de forma detallada analizaron su información personal, le aplicaron inteligencia de datos y los transformaron en decisiones estratégicas para el beneficio de los usuarios.


Muchas personas siguen creyendo que los profesionales de la informacion y bibliotecarios sólo acomodan libros; lo que no saben es que han estado allí mucho antes de que existiera la internet, recopilando y transformando en decisiones los datos de sus usuarios, haciendo de esto un campo de estudio que ha cobrando relevancia en el diseño de servicios centrados en el usuario, la formación en habilidades académicas o el desarrollo de colecciones, anteponiendo ante cualquier situación la ética y el respeto por la información personal, privada e intima de los usuarios que siguen confiando en el buen uso de sus datos.


Si hoy en día, hay alguien que piensa de la misma forma que hace 20 años, cuando internet nos iba a reemplazar, es que no ha comprendido el modelo de negocios con que operan los gigantes como Google o Facebook, en el que la información y los servicios para acceder a ella están diseñados para ganar grandes cantidades de dinero, con los datos que cada uno de nosotros les entregamos generosamente a manos llenas y, esperaría yo, de la manera más o menos consciente.


Son muchas y bien conocidas las cuestiones que implican esta manera de operar, de cara a los datos y la información que proporcionamos a estas grandes organizaciones, pero ¿a quién le venden nuestros datos?, ¿con qué fines los compran?.


El análisis de algunos escándalos como los protagonizados por Facebook con Cambridge Analytic, los Facebook Papers, en los que se han visto comprometidos los datos de los usuarios de esta red social o los litigios de Google con varios conglomerados, entre muchos otros alborotos que usted puede conocer; nos han demostrado el grado de influencia que tienen la internet, las redes sociales y en general los grandes de la tecnología, en temas tan trascendentales como las elecciones políticas en cualquier país del mundo, haciéndonos dudar y hasta poniendo en entre dicho nuestra capacidad de decidir de forma autónoma, y de alguna manera, demostrándonos lo poco críticos que somos frente al caudal de información al que estamos expuestos diariamente. Siendo casi que un acto de extremada responsabilidad que pongamos en duda toda la información que pueda llegar de dichas fuentes, tanto si es acorde con nuestras posturas como si no.


Parece ser que los reflectores siempre estarán apuntando a estos monstros cazadores de datos personales que dominan el panorama mundial, dejando de lado instituciones como las bibliotecas, que desde siempre y sin que casi nadie se dé cuenta usan los datos de sus usuarios de manera ética y responsable. ¿Y en sus bibliotecas para qué usan los datos de sus usuarios?..... bueno, si es que los usan.

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