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Emprender en bibliotecas: La historia de un bibliotecólogo emprendedor

Actualizado: 21 feb 2023

Bibliotecólogo Colombiano


Del mundo del emprendimiento se dicen muchas cosas, especialmente del mundo del emprendimiento bibliotecario, que es un camino continúo de crear, buscar, inventar, desaprender, lo cierto es que, es importante aliarse con personas afines a esa pasión del emprendimiento y ser absolutamente constante.


Crear empresa implica una búsqueda de mejora continua no solo propia, como ser; sino mejora e innovación en los servicios y productos que son ofrecidos, escuchar al cliente, revisar las tendencias y tratar de anticiparse al futuro.


Comencé mi vida universitaria en el año 1995 en la carrera de información y documentación – bibliotecología en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia. Entre el primer y segundo semestre cursé una asignatura sobre diseño de páginas web que ofreció la facultad a las carreras de comunicación, bibliotecología y lenguas, el cual aproveche con dos amigos más. Era la época del auge de las páginas web y no existían como ahora software para crearlas, por lo que teníamos que escribir a mano todo el código HTML, gracias a ello adquirimos destrezas para aprovechar la precaria tecnología en software que existía a mediados de los años 90.


Intuimos de manera ingenua el potencial que tenían estas herramientas, así que pagamos de nuestro propio bolsillo un software licenciado en donde practicamos y desarrollamos algunos sitios. Poco tiempo después vendimos nuestra primera propuesta a una empresa de servicios logísticos en Bogotá. ¡casi no nos pagan!, después de crear el sitio web para ellos y publicarlo en internet mis compañeros y yo nos turnábamos para ir cada semana a pedir que nos pagaran por el trabajo que ya habíamos hecho, por varios meses nos dimos la tarea de ser también cobradores.

Tomamos esta experiencia desafortunada como un aprendizaje y no nos desmotivamos, al contrario, empezamos a pensar en crear empresa, pero el entusiasmo duró poco, mis amigos no siguieron con la idea, y se disolvió. Yo me quedé solo con el entusiasmo. Afortunadamente no alcancé a registrarla en la cámara de comercio a pesar de la insistencia de mi papá, uno de sus sueños era verme como empresario; tristemente para mí, murió en el año 2000 y no le alcanzó la vida aunque fuera para a verme graduado de la universidad.

En el año 2005, laborando en la Biblioteca Nacional de Colombia, coincidí nuevamente con mi colega Arley Soto, ya nos conocíamos pues habíamos trabajado juntos en las bibliotecas metropolitanas de Bogotá, y teníamos muchos sueños en común, entre ellos la idea de crear empresa. Fue así como en 2006 pasamos a la acción y creamos la nuestra dedicada a la prestación de servicios para bibliotecas y editoriales.

Ser emprendedor es todo un reto. El nacimiento de nuestra empresa también lo fue. Teníamos que seguir trabajando en la Biblioteca Nacional mientras nos capitalizábamos para inyectarle dinero a la empresa. Necesitábamos pagar el registro en la cámara de comercio, la contadora, el hospedaje para la página web, aunque aprovechamos mis conocimientos en HTML y nos ahorramos ese dinero del diseño y la implementación de la página.


Tocamos muchas puertas de contactos, amigos, conocidos y colegas para que nos permitieran presentarles nuestros servicios y demostrarles que, aunque todavía no teníamos clientes ni experiencia, podíamos responder por el portafolio que estábamos ofreciendo. La confianza de una colega y amiga cercana y la oportunidad de un nuevo cliente que creyó en nuestra propuesta fue el inicio una relación comercial de 15 años. Comenzamos con un proyecto de digitalización y un desarrollo innovador basado en tecnología JAVA para toda una red de palmicultores de Colombia. Fue una apuesta en nuestras capacidades y resultó un éxito, sin embargo de ahí en adelante los proyectos iban llegando de a poco, en realidad muy pocos, por lo que era necesario continuar con nuestros trabajos y buscar nuevos clientes y proyectos si queríamos que nuestro emprendimiento sobreviviera.


Al tercer año de haber creado la empresa se unió a nosotros el bibliotecólogo Andrés Ovalle quien le inyectó dinamismo a nuestro portafolio de servicios implementando tecnología para bibliotecas y también trayendo nuevos clientes de otras ciudades del país. Con estas acciones innovadoras la empresa se fortaleció y requirió que los tres dedicáramos por completo nuestro tiempo y esfuerzo en mejorar la facturación, incrementar los clientes y desarrollar nuevos proyectos y servicios. Actualmente nuestra empresa cuenta con un equipo multidisciplinario de profesionales que incluye bibliotecólogos, ingenieros, comunicadores y literatos.


A los que me leen en este momento, me permito decirles con conocimiento de causa que, si quieren ser bibliotecarios emprendedores identifiquen y trabajen por su pasión; desarrollen las habilidades, destrezas y conocimientos necesarios para convertir esa pasión en realidad; establezcan contactos y redes con personas afines a esas pasiones, fomenten el emprendimiento, formen empresa e impulsen el empleo, exporten el conocimiento y lleven esas ideas a nuevos niveles.


Es una forma de trabajar no sólo por nosotros mismos y nuestros intereses, también por nuestro gremio y principalmente por nuestras bibliotecas.

 

Carlos Andrés Bermúdez. (Colombia).

Bibliotecólogo de la Universidad Javeriana y Especialista en Gerencia Informática de la EAN en Bogotá Colombia.

Amante de las bibliotecas y Co-fundador de BITECA, empresa que trabaja por y para los bibliotecólogos. Orgulloso padre de Martina, apasionado por el diseño gráfico, coleccionista de Star Wars y de automóviles a diferentes escalas.

Redes y contacto: Linkeind: Carlos Andrés Bermudez

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